¿Còmo ayudar a los niños que habían sufrido al desvastación de la guerra? ¿Cómo enseñarles que aún es posible vivir en paz?
Para ello surgieron las ALDEAS INFANTILES S.O.S
Después de la destrucción causada, como consecuencia de la finalización de la segunda guerra mundial (en Austria, 1945), Hermann Gmeiner, observó que todos los huérfanos y niños abandonados, que la guerra había dejado, no eran protegidos y cuidados de forma apropiada, este consideraba que la mejor manera para el cuidado de un niño era que el mismo tuviera un soporte familiar. Así junto a unos amigos que contribuían para su cuidado, creo las “Aldeas Infantiles SOS”.
Él creía que más allá de todo lo que uno pudiera haber estudiado, a la hora de aplicarlo para la educación de un niño, lo más importante era el amor, empeño y dedicación, que uno le brindara
Las Aldeas no solo se encargan de ayudar a los niños huérfanos, sino a las familias que tienen muy bajos recursos y necesitan una ayuda, para que los niños sigan viviendo con sus padres y hermanos
Más adelante, cuando se empezó a notar la mucha falta de servicios sociales que había, sobre todo en países fuera de Europa, las Aldeas ayudaron para la creación de nuevos jardines, escuelas, centros médicos, escuelas de formación profesional y centros sociales
A medida que pasaban las décadas, las aldeas iban expandiéndose a todas partes del mundo. Comenzando por Corea del Sur, que era un país marcado por la guerra. Siguieron por los países asiáticos, donde se formaron más de 39 Aldeas SOS. Se siguió extendiendo por 22 países del continente americano, y en un total de 143 países del todo el mundo.
Cada vez más gente contribuía con ellas, y los que comenzaron siendo 15.000 amigos con una pequeña suma mensual se han multiplicado hasta convertirse hoy en día en seis millones de personas.
Las aldeas, siguen cada vez más comprometidas con su labor de ayudar a los niños, y fue nominada varias veces para ganar el premio Nobel de Paz, como reconocimiento de todos los años de trabajo en el mundo. Para el 60° aniversario de la primera Aldea Infantil SOS se cuenta con otras 499 más ¡Un total de 500 Aldeas Infantiles SOS en las que se ayuda a más de 57.000 niños!
El lema del fundador y de las Aldeas es:
"Cada niño y cada niña pertenece a una familia, y estando en ella crece con amor, respeto y seguridad".
Aldeas Infantiles SOS Argentina
Aldeas Infantiles SOS Argentina desarrolla su labor desde 1979 con programas en Luján, Mar del Plata, Córdoba y Misiones. Hoy trabaja para más de 1800 niños y jóvenes en el país.
Además las Aldeas ayudan en comedores escolares y en instituciones comunitarias.
Cuando ello es posible, apoyan a las familias carenciadas, según vimos en el ideal de su fundador, para que se hagan cargo de los hijos, sin derivarlos a las casitas e la Aldea.
De esta forma, el compromiso y la participación social hacen que logremos un modelo de intervención trasformador.
Aldeas Infantiles SOS Argentina desarrolla su labor desde 1979 con programas en Luján, Mar del Plata, Córdoba y Misiones. Hoy trabaja para más de 1800 niños y jóvenes en el país.
En Mar del Plata
En 1994 se adquirió el terreno de la actual Aldea, en la Avenida Luro, a la salida de la ciudad, y se inauguró en 1997.
En 1994 se adquirió el terreno de la actual Aldea, en la Avenida Luro, a la salida de la ciudad, y se inauguró en 1997.
La comunidad está formada por varias familias, al frente de cada una hay una "tía", y viven en casitas independientes.
La "tía" los aconseja, les ayuda en las tareas escolares, y reparte los trabajos domésticos por turno y en grupos.
Además las Aldeas ayudan en comedores escolares y en instituciones comunitarias.Cuando ello es posible, apoyan a las familias carenciadas, según vimos en el ideal de su fundador, para que se hagan cargo de los hijos, sin derivarlos a las casitas e la Aldea.
El eje central es lograr que los vecinos sean los actores de su propio cambio, que establezcan una red de protección de los niños, y que sean promotores sociales en diversos temas.
De esta forma, el compromiso y la participación social hacen que logremos un modelo de intervención trasformador.
Autoras:
Lucía Papasidero
Natalia Gonzalez